Vivimos nuestra vida juntos como nunca antes


La vida son imágenes del recuerdo y la nostalgia siempre es el llanto del presente. Con ésta frase, iniciamos alegremente el viaje hacia la montaña pirenaica para recrearnos en sus paisajes, su gente y la quietud del lugar. Por aquí, el cielo es funcional, recién pintado y lleno de detalles de buen gusto que pudimos disfrutar en el hotel, pues nos asignaron una habitación espaciosa con vistas a la Vía Láctea. Pero desde el balcón divisamos un jardín que terminaba en un borde de  cemento rebosante de aligustre que nos hizo pensar de un modo reflejo en su fotosíntesis y en su dolor por no poder andar. Todo acompañado de un sendero de losetas incrustadas en el pasillo lateral que desembocaba en una pronunciada escalera de hierro que ascendía hasta la planta superior. El suelo se veía blanquísimo bajo la luz  

radiante de la luna casi oculta, salpicado de ramitas finas y secas que caían de los árboles que la protegían del resto del mundo como un batallón de soldados



TRAYECTO a ANDORRA pasando por PUIGCERDA: 8 de julio de 2009